Podemos quedarnos quietos o afrontar los hechos y sacarles el mejor partido a los acontecimientos. Pero quien nos quita el derecho de desaogarnos llorar, gritar, suplicar que no es justo no lo merecía, no compensa o no es lo esperado, que llego sin avisar, no pensó en los demas o quiso quitarte lo que para ti era de tu propiedad...
Pues nadie y por eso grita llora y
suplica lo que quieras que no tienes que tienes
que demostrar nada a nadie excepto a ti mismo.
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